Historia Anónima

A veces me parece que llevo demasiado tiempo viviendo en las sombras, tanto que ya no logro recordar como es el amanecer, a veces me parece que llevo demasiado tiempo vagando solo por la ciudad, tanto que ya no recuerdo como es el sentir la compañía de alguien, el hablar con alguien mas, mi vida, si es que así se le puede llamar a mi estado, transcurre entre la oscuridad y la embriaguez que me acompaña todas las noches despues de beber, esa embriaguez que es el resultado del intentar calmar el fuego que surge de mis entrañas y que cada vez es menos y menos satisfactoria, pero hoy sucedió algo distinto.

Hoy al entrar en un callejón oscuro buscando un lugar donde dormir la mona antes de retirarme a mi lugar de descanso lo vi, en medio de la estrecha callejuela se alzaba como un faro de esperanza un letrero de luces neón en el que brillaban dos letras azules “AA”, debajo de esas dos enormes letras rezaba la siguiente leyenda “Alcohólicos Anónimos, Grupo 24 Horas” y un poco mas abajo un enorme portón azul se encontraba abierto de par en par, la escena me extraño, ya que al estar acostumbrado a existir de noche, sabes que de noche, las puertas se cierran, los cerrojos se corren y todos se preocupan únicamente por ellos.

Sin pensarlo me acerque a la puerta, pensando que probablemente era un error, no creí posible que pudiera estas así de fácil abierto en mitad de la noche, brillando como un faro de esperanza en medio de las desoladas calles de esta ciudad, antes de llegar escuche risas, voces, y sin saber por que me oculte para no ser visto mientras observaba el interior del local, observe las sillas metálicas ocupadas por un variopinto grupo de personas -Borrachines!!- Pensé, -No son mas que un grupo de Borrachines- en este transitar nocturno encuentro muchos individuos como esos, seres sin esperanza que transitan por el mundo casi como yo, sin estar realmente vivos, pero este grupo en particular llamó mi atención, se veía algo que removió mi interior, camaradería, calor, pertenencia...

Algunas personas se dirigen a la salida y yo me repliego a las sombras para no dejarme ver, y así, con la imagen del grupo en mi mente me dirijo a mi lugar de descanso; Llevo ya tres días observando el local, siempre llego a observarlo despues de beber cuando esa embriaguez que llena mis días inunda mi mente, hoy al estar observando la entrada me descuide y cuando sentí su presencia fue tarde, una mano me tocaba firme pero gentilmente el hombro, mi primer impulso fue matarlo, acabar con el, sin embargo escuche el sonido de su voz y ya no pude hacerlo –Estas bien Hermano?, Quieres Pasar?-, por un instante no supe que hacer, una sensación olvidada se apodero de mi, vergüenza, vergüenza por mi aspecto, vergüenza por la suciedad que cubre mis ropas y vergüenza por dejarme sorprender, de pronto me siento cansado, muy cansado, ha llegado la hora y sin prisa volteo para encarar a la persona que me ha sujetado del hombro.

Para mi sorpresa no encuentro en su rostro el horror o el asco que regularmente le ocasiona a las personas mi tez cadavérica de negras ojeras enmarcadas por una melena negra y espesa, solo veo asomar en su rostro una sonrisa triste, una sonrisa de alguien que cree haber encontrado a un hermano de desgracia y ha decidido ayudarlo, –Estoy bien no se preocupe- le digo, casi puedo ver los pensamientos pasar por su mente, este hombre ha visto a muchos desgraciados, por eso mi aspecto no le impresiona, este hombre conoce la vileza del mundo y sabe lo que ocurre en la noche, por eso ha decidido ayudarme, -Pásale un rato hermano, Intégrate, podemos ayudarte-, en ese momento la necesidad de compañía fue demasiada, el escuchar una voz humana hablando sin prisa, el escuchar algo mas que gritos de terror salidos de pesadillas fue reconfortante y asentí sin pensar al tiempo que me incorporaba para seguir al hombre al interior del recinto.

Al ingresar todos voltean a vernos, las voces callan y la atención se centra en nosotros, todos nos miran, en algunos de los rostros observo las conocidas expresiones que veo en las personas cuando descubren mi rostro, emociones que van desde el asombro, hasta el asco y el horror, sin embargo el me sostiene con su brazo, me transmite seguridad y sin decir palabra nos dirigimos hasta ocupar un par de sillas vacías en el salón, una vez que nos sentamos la reunión continúa y así me encuentro asistiendo a mi primera sesión de Alcohólicos Anónimos.

El individuo que me ayudo a entrar se llama Tomas, y a partir de ese día se volvió mi Padrino, la segunda noche me presente en el local apenas hubo oscurecido, la sensación casi olvidada de convivir con personas era intoxicante, tanto que olvide mi necesidad de beber hasta embriagarme, sin embargo aun no estoy listo para hablar con el grupo, solo me contento con sentarme entre la multitud y escuchar, la tercer noche estoy totalmente sobrio, no voy a embriagarme “Solo por hoy”, la charla de tomas es interesante, mis oídos se llenan de novedad a cada momento, los 12 pasos inundan mi conciencia y trato con todas mis fuerzas de resistir esa necesidad que me lleva a beber.

La cuarta noche paso al podium, solo puedo decir mi nombre de pila y que llevo cuatro noches de sobriedad, los muchachos me aplauden y me siento bienvenido, sin embargo en mi interior la urgencia crece, la necesidad se vuelve intensa, no se cuanto tiempo mas pueda resistir y con el pensamiento del “Solo por hoy” me retiro a mi lugar de descanso.

La quinta noche la gente me saluda, ya somos camaradas, sin embargo un individuo malencarado me cuestiona mi falta de participación, hoy Tomas no esta y de pronto me siento solo como antes, por instantes mi instinto aflora y estoy a punto de matar al molesto individuo, pero la sensación de la compañía es muy intensa, por hoy basta para mantenerme ecuánime, las noches sexta, séptima y octava salivo sin parar, mis instintos están totalmente despiertos, el aroma que despiden los asistentes al grupo, ese tufillo a licor en la sangre que acompaña a los que recién dejan de beber me esta volviendo loco, no se si podré resistirlo mucho tiempo.

La décima noche Tomas me muestra fotografías de su mujer y sus hijos, el lleva ya 10 años sin beber, tuvo que llegar al borde de la muerte para decidirse a dejarlo y hoy esta aquí, ayudando a estas pobres almas y tratando de ayudarme a mi que estoy mas allá de toda ayuda, sin embargo resisto “solo por hoy”.

La cabeza me da vueltas, es la duodécima noche, no puedo mas, necesito beber, ya no puedo hablar, no puedo participar, los compañeros se dan cuenta de que estoy mal, sin embargo se muestran comprensivos, creen que han visto a otros así y creen que entienden, no saben, no saben...

Es la decimotercer noche, llego sin saber como al local de AA, estoy ávido de sangre, los colmillos me duelen, la vista se me nubla, Tomas me observa preocupado

-No te asustes hermano, lo que tienes es síndrome de supresión, todos pasamos por esto, se que pasara- dice.
-Tu no entiendes Tomas, esto es distinto, es parte de mi naturaleza...-
-No hermano, el embriagarse no es natural, tu puedes vencerlo-
-Es que no entiendes Tomas, Yo soy Diferente-

Mientras escupo estas últimas palabras comienza la inevitable transformación, los sonidos y los colores se funden y se confunden en mi mente, el cazador surge y la poca humanidad que recupere en esas 13 noches se pierde, Tomas me observa horrorizado, no puede creer lo que ven sus ojos, el terror se refleja en su mirada y no logra moverse, me acerco a el con la seguridad de cazador que ha cobrado miles de presas, no quiero matarlo, quiero compartir mi don con el, quiero darle poder, pero la impresión ha sido tal que su corazón no aguanta y sufre un infarto.

La sorpresa de ver al único amigo que he tenido en décadas caer infartado por mi culpa es, terrible, los demás aun no entienden que pasa y corren a ayudar a Tomas, lentamente me volteo para encararlos plenamente transformado en cazador nocturno, solo veo bultos de carne y sangre con los cuales saciar mi sed y regresar a la embriaguez, después las imágenes se vuelven caleidoscópicas, he acabado con todos, el baño de sangre ha sido apoteósico, todos están muertos y yo estoy completamente embriagado con su sangre, antes de salir del local volteo a ver el cuerpo de Tomas y me doy cuenta de que esta vivo, regreso sobre mis pasos y acerco mi rostro al suyo, quiero ayudarlo, así que sin mas ceremonia le rompo el cuello, no beberé la sangre de un amigo, solo lo ayudo a bien morir.

Hoy estoy nuevamente solo, vagando entre las sombras, buscando alimento, sin embargo aprendí algo importante en esos 13 días, soy un asesino por naturaleza y eso es lo que mas disfruto, pero no tengo por que estar solo, de pronto encuentro otro anuncio luminoso que indica “AA” grupo 24 horas, -Caray!!, No Creí que esto se me fuera a volver vicio- pienso mientras me encamino a incorporarme a un grupo mas de almas perdidas...

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Idea Original del Rey Salamadra.