En la Playa
Me duele la cabeza... La luz del sol lástima mis ojos y un sonido familiar resuena en mis oídos, poco a poco voy recobrando la conciencia, mis manos sienten los alrededores de mi cuerpo y solo encuentran arena, estoy tendido en la playa, el sonido que escucho es el romper de las olas en la playa, poco a poco recuerdo; El día de ayer llegue con mis amigos a una cabaña en la playa para celebrar una lunada, recuerdo que bebí en exceso, así que inhalé un poco de coca para bajarme la borrachera, después de un rato saque el arpón y me perdí en ese torbellino familiar de imágenes y colores mezclados al que estoy tan acostumbrado, sonrío para mis adentros y espero no haber hecho un estropicio muy grande anoche o no haberme peleado con nadie, pero como ya me he acostumbrado al ridículo no le doy mayor importancia.
Ahora que se donde estoy me tranquilizo, me relajo y me dispongo a disfrutar de los rayos del sol; Comienzo a sentir su influjo sobre mi cuerpo, secando mis ropas y calentándome hasta alcanzar una temperatura agradable, aún no he abierto los ojos y permanezco así un rato mas, hasta que el hambre que siempre acompaña a las mañanas que preceden a mis excesos se hace presente y me obliga a levantarme.
En cuanto abro los ojos se que algo no esta bien, mis manos están manchadas con un liquido que parece ser sangre, mis ropas están desgarradas y a mi lado hay un enorme cuchillo embarrado por todos lados con el mismo liquido espeso y pegajoso, un escalofrío recorre mi espalda y lentamente volteo al otro lado solo para descubrir con horror que a mi lado se encuentra el cuerpo de mi mejor amigo, lo observo bañado en sangre, observo las heridas de cuchillo que cubren gran parte de su cuerpo y que seguramente le arrebataron la vida, observo su rostro congelado en una mueca de sorpresa y desilusión que se graba de manera indeleble en mi memoria, mientras un llanto desgarrador sale de mi garganta como nunca antes y hace que me pierda en una sima de desesperación al comprender que he sido yo y solo yo el artífice de la muerte de mi amigo.
No estoy seguro de cuantas horas han pasado, he recorrido un buen trecho de playa con la culpa pesando como una loza en mis espaldas, a lo lejos veo la cabaña que compartimos con nuestros amigos y con paso vacilante me dirijo hacia ella.
En cuanto abro la puerta siento como la atmósfera interior ya de por si tensa se enrarece aún mas, todos están reunidos pensando que hacer, conocen mi pecado y siento como todas las miradas acusadoras se posan en mi persona pero no me importa, el dolor que siento al haber matado a mi mejor amigo es demasiado grande, demasiado profundo y sin poderlo evitar rompo en sollozos.
Nadie se acerca a mi, todos me observan detenidamente, juzgándome, culpándome, finalmente alguien rompe el silencio -Lo Asesinaste!- dijo –Por haberte metido tantas cochinadas en el cuerpo, lo mataste, El solo quería ayudarte y lo Mataste-, El pesado silencio regresa mientras yo sigo llorando inconteniblemente y me derrumbo en el suelo en medio de todos, el circulo se cierra a mi alrededor y nuevamente escucho una voz que pregunta –Comprendes lo que hiciste?, Era tu amigo y lo mataste por que no quería que te volvieras a inyectar, Lo mataste por culpa del Vicio!, Entiendes lo que hiciste?-, un grito desesperado surge de mi garganta y llena todos los espacios de la cabaña, pido perdón desesperadamente y juro en ese momento que no volveré a tomar ni a drogarme, juro que haría cualquier cosa con tal de que mi amigo estuviera vivo....
Una vez que esas palabras salen de mi garganta, la atmósfera se relaja y siento una inexplicable brisa de aire fresco, el dueño de la cabaña se acerca lentamente a mi y me dice -Eso es lo que tu amigo quería escuchar- yo no entiendo bien que es lo que sucede y lo miro con incredulidad, -Así es- continúo –Esto ha sido una broma organizada por tu amigo para darte una lección, para que entiendas que no puedes seguir bebiendo y drogándote de esa manera-, al escucharlo siento un tremendo escalofrío que recorre mi espalada y grito desesperadamente, -Cálmate!, Escúchame!, es una broma, las heridas de cuchillo, son falsas, es maquillaje, la sangre es solo sangre de gallina y a el le dimos un somnífero potente para que no le fuera a ganar la risa y echara todo a perder, solo esta dormido- La desesperación crece en mi y trato de ponerme de pie atropelladamente, varios pares de manos me detienen y me dicen, -Cálmate!, solo fué solo una Broma, Todo esta bien, tu amigo solo quería enseñarte lo peligroso que es que tomes y te drogues-, sigo forcejeando contra todos, hasta que me vuelven a tirar en el piso, mientras lloro y suplico que me dejen salir, -Que no entiendes que solo es una broma!!!, te has vuelto loco?, Que te pasa?-, -Mi Amigo!!!- Grito desesperado, -Debo ir por El!!!, Déjenme ir por El!!!-, la preocupación empieza a aparecer en los rostros de los conspiradores, -Que pasa?, Por que la Urgencia?, Que Hiciste?-, el llanto corre a raudales por mi rostro, el circulo se abre y me dejan llorando en medio de la habitación.
-Que hiciste?- me preguntan nuevamente con voz temblorosa, los sollozos me ocasionan espasmos casi incontrolables, con un gran esfuerzo logro articular la fatídica frase –Lo enterré en la playa-, después de un segundo en el que el silencio se hace tan denso que casi puede tocarse, un segundo en el que la magnitud de los alcances de la broma golpea violentamente a todos los participantes y hace que estallen en gritos de histeria y desesperación que inundan la cabaña justo antes de que salgan corriendo hacia la playa a buscar el lugar en donde enterré a mi amigo, a buscar inútilmente las huellas de su lugar de descanso, a buscar las huellas que fueron borradas por la marea creciente, a recorrer desesperadamente una playa desierta desgarrándose inútilmente las manos al escarbar en la arena en un vano intento de encontrar el cuerpo de mi amigo.
Ahora que se donde estoy me tranquilizo, me relajo y me dispongo a disfrutar de los rayos del sol; Comienzo a sentir su influjo sobre mi cuerpo, secando mis ropas y calentándome hasta alcanzar una temperatura agradable, aún no he abierto los ojos y permanezco así un rato mas, hasta que el hambre que siempre acompaña a las mañanas que preceden a mis excesos se hace presente y me obliga a levantarme.
En cuanto abro los ojos se que algo no esta bien, mis manos están manchadas con un liquido que parece ser sangre, mis ropas están desgarradas y a mi lado hay un enorme cuchillo embarrado por todos lados con el mismo liquido espeso y pegajoso, un escalofrío recorre mi espalda y lentamente volteo al otro lado solo para descubrir con horror que a mi lado se encuentra el cuerpo de mi mejor amigo, lo observo bañado en sangre, observo las heridas de cuchillo que cubren gran parte de su cuerpo y que seguramente le arrebataron la vida, observo su rostro congelado en una mueca de sorpresa y desilusión que se graba de manera indeleble en mi memoria, mientras un llanto desgarrador sale de mi garganta como nunca antes y hace que me pierda en una sima de desesperación al comprender que he sido yo y solo yo el artífice de la muerte de mi amigo.
No estoy seguro de cuantas horas han pasado, he recorrido un buen trecho de playa con la culpa pesando como una loza en mis espaldas, a lo lejos veo la cabaña que compartimos con nuestros amigos y con paso vacilante me dirijo hacia ella.
En cuanto abro la puerta siento como la atmósfera interior ya de por si tensa se enrarece aún mas, todos están reunidos pensando que hacer, conocen mi pecado y siento como todas las miradas acusadoras se posan en mi persona pero no me importa, el dolor que siento al haber matado a mi mejor amigo es demasiado grande, demasiado profundo y sin poderlo evitar rompo en sollozos.
Nadie se acerca a mi, todos me observan detenidamente, juzgándome, culpándome, finalmente alguien rompe el silencio -Lo Asesinaste!- dijo –Por haberte metido tantas cochinadas en el cuerpo, lo mataste, El solo quería ayudarte y lo Mataste-, El pesado silencio regresa mientras yo sigo llorando inconteniblemente y me derrumbo en el suelo en medio de todos, el circulo se cierra a mi alrededor y nuevamente escucho una voz que pregunta –Comprendes lo que hiciste?, Era tu amigo y lo mataste por que no quería que te volvieras a inyectar, Lo mataste por culpa del Vicio!, Entiendes lo que hiciste?-, un grito desesperado surge de mi garganta y llena todos los espacios de la cabaña, pido perdón desesperadamente y juro en ese momento que no volveré a tomar ni a drogarme, juro que haría cualquier cosa con tal de que mi amigo estuviera vivo....
Una vez que esas palabras salen de mi garganta, la atmósfera se relaja y siento una inexplicable brisa de aire fresco, el dueño de la cabaña se acerca lentamente a mi y me dice -Eso es lo que tu amigo quería escuchar- yo no entiendo bien que es lo que sucede y lo miro con incredulidad, -Así es- continúo –Esto ha sido una broma organizada por tu amigo para darte una lección, para que entiendas que no puedes seguir bebiendo y drogándote de esa manera-, al escucharlo siento un tremendo escalofrío que recorre mi espalada y grito desesperadamente, -Cálmate!, Escúchame!, es una broma, las heridas de cuchillo, son falsas, es maquillaje, la sangre es solo sangre de gallina y a el le dimos un somnífero potente para que no le fuera a ganar la risa y echara todo a perder, solo esta dormido- La desesperación crece en mi y trato de ponerme de pie atropelladamente, varios pares de manos me detienen y me dicen, -Cálmate!, solo fué solo una Broma, Todo esta bien, tu amigo solo quería enseñarte lo peligroso que es que tomes y te drogues-, sigo forcejeando contra todos, hasta que me vuelven a tirar en el piso, mientras lloro y suplico que me dejen salir, -Que no entiendes que solo es una broma!!!, te has vuelto loco?, Que te pasa?-, -Mi Amigo!!!- Grito desesperado, -Debo ir por El!!!, Déjenme ir por El!!!-, la preocupación empieza a aparecer en los rostros de los conspiradores, -Que pasa?, Por que la Urgencia?, Que Hiciste?-, el llanto corre a raudales por mi rostro, el circulo se abre y me dejan llorando en medio de la habitación.
-Que hiciste?- me preguntan nuevamente con voz temblorosa, los sollozos me ocasionan espasmos casi incontrolables, con un gran esfuerzo logro articular la fatídica frase –Lo enterré en la playa-, después de un segundo en el que el silencio se hace tan denso que casi puede tocarse, un segundo en el que la magnitud de los alcances de la broma golpea violentamente a todos los participantes y hace que estallen en gritos de histeria y desesperación que inundan la cabaña justo antes de que salgan corriendo hacia la playa a buscar el lugar en donde enterré a mi amigo, a buscar inútilmente las huellas de su lugar de descanso, a buscar las huellas que fueron borradas por la marea creciente, a recorrer desesperadamente una playa desierta desgarrándose inútilmente las manos al escarbar en la arena en un vano intento de encontrar el cuerpo de mi amigo.
<< Home