Suicidio

Estoy tratando de dormir en el sofá, hoy era el día en que mi novia finalmente accedió a quedarse conmigo en casa para pasar una velada romántica, aun no se a ciencia cierta como empezó la absurda pelea, no se todavía que la motivó, pero el caso es que los planes originales se han arruinado, como ya era muy tarde para llevarla a su casa y ella ya había avisado que se iba a quedar con una amiga no hay nada que hacer, así que tomo una cobija y una almohada para instalarme a dormir en el estudio, mientras ella se queda cómodamente posesionada de la recamara, de pronto somos como dos adversarios que toman posiciones de batalla y se atrincheran para esperar en una guerra de nervios que nadie puede ganar, una guerra en la que perderá el primero en acercarse al otro.
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Apago las luces y al poco rato escucho la puerta de la recamara, -Chale!- pienso mientras observo el reloj, son las 12:30 de la noche y acabamos de terminar una discusión absurda que duro mas de dos horas, una discusión que nos hecho a perder la cena y toda la velada, mi primer impulso es levantarme para ver que sucede pero después de un instante pienso, -Al Cárajo!, si no se quiere quedar no la voy a obligar, que haga lo que quiera y si se va, pues ni modo- y trato de concentrarme en conciliar el sueño, pasado un minuto, escucho el ruido de platos que caen en la cocina, trato de ignorarlos, mas sonidos de puertas al abrirse y cerrarse, de pronto otra vez el sonido de vasos tirados, esta vez en la sala, así que finalmente salgo del estudio a ver que sucede y Sorpresa..., me encuentro a mi novia vestida con un pequeño camisón azul parada como zombi en medio de la sala.
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-Que tienes Flaka? Que te pasa?-le pregunto mas molesto que preocupado
-Es que no puedo dormir...-
-Como que no puedes dormir, si te estas cayendo- y entonces la luz se hace en mi cerebro –A ver? Que hiciste?. Tomaste algo?-
-Solo tome algo para dormir-
un sudor frío me recorre la espalda antes de preguntar –Que te tomaste-
-Me tome tres de esas... y luego otras tres... no se...creo que eso fue...-
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Al voltear a ver cuales eran “Esas”, me encuentro con una caja de Diazepam de 10 mgrs. tirada en el piso, mi primer impulso es el pánico, la reviso y observo que faltan mas de 10 pastillas -CHIN....!!!! ya valió...-, así que la levanto casi a fuerza para llevarla al baño y tratar de hacerla que vomite.

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–Flaka, tienes que vomitar-
-No quiero..- contesta, -. Todo lo que quiero es dormir y no saber nunca nada mas de nada...-
-Si no vomitas te voy a llevar al hospital, así que tu decides, aquí o allá...-
-No quiero nada... – insiste, -solo dormirme-
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Al ver su actitud y escuchar su respuesta (típica de un suicida en potencia) me preocupe y sin mas preguntas o preámbulos la senté en la cama, le puse unos jeans, sudadera, tenis y la levante a rastras para llevarla al hospital, como era de madrugada, opte por la clínica del ISSSTE mas cercana a la casa, que por cierto es la misma en la que ella me ha dicho que trabaja como médico.
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Mientras vamos en el coche rumbo al hospital pienso, -Ahora resulta que mi novia es una maniaca depresiva con tendencias suicidas, CARAJO!!!, tan mona que se veia, tan dulce que parecia, que suerte la mia, ojalá y no le pase nada...-

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Me presento en el mostrador de urgencias
-Señorita, traigo a esta mujer que tuvo una ingesta excesiva de medicamentos-
-Es ella Derechohabiente?- me pregunta sin voltear a vernos
-Si señorita, ella trabaja en este hospital-
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Esa mención hace que suba rápidamente la cabeza para vernos y por un instante veo en su mirada algo que me parece reconocimiento, al momento muda su expresión a la de indiferencia y me pregunta -Nombre de la paciente?- -Zoila Ursula López Yañez-, en rápida sucesión le doy todos mis datos mientras la sostengo, ella casi no puede hablar y tiene la cabeza totalmente caída sobre el pecho. –ingrésela por ese pasillo- me indica la recepcionista y pregunte por la Doctora Lara, que es el médico de guardia.
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En cuanto entramos por las puertas de emergencia, apareció como si nos hubiera estado esperando la Dra. Lara, armada con una silla de ruedas, es una mujer joven de aproximadamente 33 años, morena, alta, delgada y en general podría considerarse atractiva, sin embargo tiene una expresión de fastidio que debe ser producto de las horas que lleva de guardia en el hospital, que hace que sus facciones tomen un aspecto duro e insensible.
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-Por favor siente aquí a la paciente- dice y pase con el encargado de servicio social que le va a hacer algunas preguntas-
-No quiere que le explique que sucede Dra.?-, en ese momento me voltea a ver y noto un cierto desdén en su mirada –Ella trabaja aquí Dra. También es médico-
-Ah si?, - me contesta, - Y en que departamento trabaja?-
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La pregunta me toma por sorpresa, en realidad tenemos poco tiempo de conocernos y menos aun de haber iniciado una relación, de hecho esa iba a ser la primera noche que pasaríamos juntos, se que trabaja en ese hospital por que ella me lo ha dicho, sin embargo siempre que trato de indagar mas cosas sobre su trabajo o su vida personal me esquiva cambiando de tema; En ese momento me doy cuenta que prácticamente no la conozco.
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-No lo se-, contesto un poco avergonzado, la Dra. me observa con escepticismo y me pregunta
-Cual es su relación con la paciente?-
-Es mi Novia- contesto con cierta reserva- y ella me ha dicho que trabajaba aquí...- me doy cuenta de cómo debe de escucharse eso, así que opto por mejor quedarme callado.
-Pase a ese cubículo por favor- dice señalándome un despacho vacío, -en un segundo estará alguien con usted-
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Me instalo en el sencillo espacio en el que solo esta un escritorio con una antigua maquina de escribir una silla la frente y otra detrás, al poco rato llega un médico barbado con una expresión jovial y me saluda extendiendo la mano al tiempo que dice:
-Así que usted es quien dice ser el novio de Zoila-
-Si Doctor-
-Su nombre por favor-
-Juan Carlos Herrera Gómez
-Y usted dice que ella trabaja en este hospital-
-Bueno, eso es lo que ella me ha dicho- contesto con precaución,
-y por eso la trajo a este hospital?-
-No, la traje aquí, por que es el mas cercano a mi casa-
-Mmmmm. Bien y por que motivo trajo a Zoila?-
-Por ingesta excesiva de medicamentos, se tomo unos 6 o 7 diazepanes-
-Ah caray, y dígame que paso?, se pelearon o algo así?-
-Pues si, discutimos...- contesto cada vez mas incomodo
-ahhhhhhh, y cuanto tiempo llevan de novios-
-apenas unas cuantas semanas...-
-Déjeme preguntarte algo mi Amigo. Tienes un buen abogado?- La pregunta me deja frío...
-Por que? No pensara usted que yo la intoxique-
-No, No, No mi amigo, lo que pasa es que en estos casos es mejor estar protegido, usted sabe- me dice con un tono conciliador que me inquieta – Estos casos uno nunca sabe donde pueden parar y quiero que tome usted sus precauciones para que este protegido...- se detiene un poco y me hace una seña para que me acerque un poco a el –Encontramos señales de agujas en sus brazos, y varios moretones por todo su cuerpo, lo sabias?, eso puede complicar las cosas, hacer que se inicie una investigación, que venga trabajo social, el psiquiátrico y en una de esas hasta la policía...- La cabeza me empieza a dar vueltas al ver las implicaciones que eso tiene.
-No lo sabia...-
-Si ella esta tan mal como parece, podria acusarte de golpes o incluso de intento de violación, tienes que dejar el antecedente de una vez en el expediente para protegerte, asi que dime algo Juanito... Te puedo llamar así verdad?, Sabe alguien que ella iba a estar en tu casa? Tienes algún testigo que pueda ayudarte a defenderte y corroborar tu dicho?, alguien que viera que ella entro a tu casa por su propia voluntad?-
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En ese momento el mundo se cae a mi alrededor... No le dije a nadie que ella se iba a quedar conmigo, es mas no la conocen ni mi familia ni mis amigos, siempre que iba a presentarla con unos u otros ella tenia guardia en el hospital o le salia alguna operación de emergencia y no había coincidido con ninguno de ellos, siempre la había visto solo a ella, no se exactamente donde vive ya que regularmente nos encontramos en algún punto en común o paso por ella a la entrada del hospital, tal y como había hecho ese mismo día, recuerdo que me estaba esperando con su maleta poco después de las 6 de la tarde, hora en que según me dijo terminaba su turno, pero por mas que recuerdo no ubico a alguna persona que viera que se subia a mi carro por voluntad propia, no tengo testigos.
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Las consecuencias de lo que el médico acaba de decirme son enormes, ahora soy sospechoso de maltratos, tortura y demás, y si ella se muere además puedo ser condenado por homicidio, no entiendo como carajos me metí en este problema, por que no tuve cuidado al corroborar que Zoila era realmente quien decía ser, ahora no tengo manera de defenderme, dependo totalmente de que la persona que esta sentada frente a mi crea en mi inocencia o de poder decirle que existe alguien que me haya visto con ella, alguien que sepa que es mi novia y que entro a mi casa por su propia voluntad.
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-No tengo ningún testigo, nadie nos vio llegar juntos a la casa, no hay nadie que sepa que ella se quedaría hoy en mi casa- Le digo al Dr. totalmente abatido
-Y le avisaste a alguien que la traías a Urgencias o te vio alguien salir de tu casa?-
-No creo, con la prisa apenas tuve tiempo de tomar la cartera y las llaves del coche, es mas no traje mi celular y ni siquiera cerre la casa con llave- contesto mientras observo una sonrisa de satisfacción en el rostro del médico, Comienzo a levantarme muy despacio, ante la mirada socarrona del médico –Creo que voy a mi casa a recoger el celular y de paso a avisarle a mi familia que estoy aquí-
-Me parece que ya es un poco tarde para eso mi amigo...-
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En ese instante entran dos individuos enormes en el consultorio y mientras uno de ellos me sujeta el otro me cubre la nariz y la boca con un pañuelo mojado en una sustancia que me marea y en pocos segundos me hace perder el conocimiento.
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Estoy acostado no se donde, me da la sensación de que estoy desnudo y escucho voces que parecen muy lejanas, no logro abrir los ojos, solo percibo un torbellino de luces multicolores que confunde mis sentidos.

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-Parece ser que esta recobrando el conocimiento- Dice una voz femenina que me parece vagamente familiar, trato de incorporarme de despejarme mientras unas manos fuertes me recuestan nuevamente y siento como alguien sujeta mi cabeza a la cama... –Es una Cama?-Pienso, -Donde estoy?, no entiendo...-
-Déjalo, al cabo ya casi terminamos-
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De pronto me invade un dolor espantoso que me regresa a la conciencia, abro de golpe los ojos y descubro a mi novia ataviada con traje de cirugía acompañada de la Dra. Lara y el médico que me atendió en el cubículo, los tres están trabajando totalmente quitados de la pena sobre mi cuerpo, no entiendo que pasa, Por que están los tres juntos? Y sobre todo que hacen sobre mi cuerpo.

-Cárajo!!, a ver tu-, le dice la que fingía ser mi novia al doctor barbado -Ponle mas anestesia a este chango para que no se este moviendo, ya sabes, el mínimo para no echar a perder la mercancía, recuerda que nos tiene que aguantar vivo otro rato, tenemos que respetar los tiempos para el transplante órganos y algunos pacientes aun no están listos,- Dice con un tono de desenfado que me es desconocido. -y conste-, agrega, -La próxima vez que tengamos que conseguir piezas de refacción, Tu te vas a hacer cargo de traer los repuestos, Ok?-

No puedo creer lo que acabo de escuchar y mientras la inconciencia me invade a causa de la anestesia me doy cuenta con mis últimos pensamientos que ella solamente me quería para conseguir “refacciones frescas”, me doy cuenta de que lo que realmente es un suicidio, es meter en tu casa a una mujer de la que no sabes absolutamente nada...