Reflexiones de un Burócrata Iluminado

Diversas Reflexiones, Opiniones, Pensamientos e Historias que acompañan a una vida como la de todos, donde hay luz y sombras, en la que se viven con intensidad los errores y se sufren hasta lo indecible los aciertos.

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Nombre: Raistlin
Ubicación: D.F., Mexico

miércoles, noviembre 30, 2005

Lilith V

Quinta Parte

Oscuridad.

Silencio.

Abro los ojos en medio de la bendita oscuridad, el silencio es reconfortante y aunque de momento no recuerdo donde estoy siento que me invade una paz casi desconocida, cierro nuevamente los ojos, me zambullo en esa silenciosa oscuridad tan parecida al olvido y dejo que me acune en sus brazos sintiéndome extrañamente protegido mientras me pierdo en una tierra de extraños ensueños.

Después de un tiempo vuelvo a despertar y esta vez llama mi atención el sonido lejano de una campana, un sonido que llega amortiguado a mis oídos y me devuelve definitivamente a la conciencia, trato de incorporarme e inmediatamente me arrepiento al darme cuenta que estoy desnudo bajo una simple sabana.

El desconcierto que me invade es grande ya que no recuerdo haber estado totalmente desnudo nunca en mi vida, siempre he estado cubierto con las prendas que me arrojan de vez en cuando los encargados del refugio en el que a veces paso los días mas fríos, así que por un instante no se que hacer, mientras tanto mis ojos se han acostumbrado a la penumbra y me doy cuenta que me encuentro en una pequeña habitación sin ventanas, en la que solo el cabo de una vela casi extinta proporciona la escasísima iluminación del lugar, lentamente me incorporo y observo con un interés ausente que estoy postrado sobre una esterilla, casi al ras del suelo, aun estoy tratando de recordar que fue lo que sucedió cuando escucho pasos fuera de la habitación y un instante después la puerta se abre dando paso a una cegadora claridad.

De golpe regreso al presente, me encuentro aun postrado en el piso de la Plaza de Santo Domingo sosteniendo entre los dedos la moneda que algún transeúnte me ha arrojado como limosna, lentamente me incorporo al tiempo que mi mente se pone en marcha creando un furioso remolino de imágenes superpuestas entre si en el que se repite insistentemente la imagen de Lilith, la imagen de su mirada inexpresiva al descubrir quien soy realmente, poco a poco el remolino pierde velocidad y las imágenes se esfuman dejándome solo con un sentimiento de perdida en el pecho. Ahora que he recobrado la calma, me alejo del lugar sintiendo una enorme opresión en el pecho, lo cual no deja de ser extraño ya que hace una eternidad que no tengo ninguna clase de sentimientos.

-BIEN!-, las cosas van marchando mejor de lo esperado, el merovingio van tan ensimismado en su pensamientos que no se da cuenta que lo sigo, por un instante creí al verlo derrumbarse en el suelo que había presionado demasiado, sin embargo se levantó y sin mas tramite comenzó su deambular por la ciudad.

No llevo un rumbo fijo, camino por inercia con la única finalidad de alejarme del lugar en que perdí mi humanidad; Sin saber como, poco a poco mis pasos me llevaron a las calles de 16 de septiembre, al lugar donde desperté aquel día, al lugar en donde inicio mi verdadera y única vida.

Sin mucha ceremonia, me siento en la banqueta frente a lo que hoy son oficinas corporativas de un banco y regreso mi mente a la época en que ese edificio era hogar de los hermanos devotos de la vela perpetua para recordar como conocí al que seria para mi como un hermano.

Todavía hoy después de tantos años recuerdo claramente el pánico que me produjo la luz que ilumino la pequeña celda en la que me encontraba cuando el abrió la puerta y como salte desnudo tratando de cubrirme como podía con la sabana que me cubría al tiempo que me alejaba lo mas posible de la puerta; La luz que entro ese día por la puerta no debió haber sido nada extraordinario, sin embargo, después de una existencia entera viviendo en la oscuridad, a mi me pareció que era como un torrente de fuego que algún dios vengador dejaba caer sobre mi para purgar mis pecados; Hoy al recordar la escena solo puedo sonreír pensando que en aquel entonces seguramente estaba teniendo una visión profética del futuro, pero regresemos a aquel día, a mi primer día como hermano de la vela perpetua.

Aun antes de que mis ojos se ajustaran a la deslumbrante claridad pude percibirlo, se detuvo un instante en el quicio de la puerta y al percibir los aromas que emanaban de la pequeña celda se llevo una mano a la boca antes de entrar, una vez dentro se dirigió a mi con una voz neutra:
-Me alegra saber que finalmente has despertado, así que dime, cual es tu nombre hermano?-

Yo no supe que hacer, fuera de algunos de los léperos que rondaban las calles junto conmigo, prácticamente nadie me dirigía la palabra salvo para insultarme u ordenarme que me quitara de algún lugar, no se diga para interesarse por mi nombre, un nombre que yo mismo desconocía si es que alguna vez alguien me dio alguno.

-No me escuchas? Acaso eres sordo?- repitió el hombre que estaba en el umbral y al no obtener respuesta, salió de la celda cerrando la puerta a sus espaldas, pasaron unos pocos minutos en los que yo aún estaba tratando de averiguar que había sucedido cuando la puerta se abrió nuevamente, en esta ocasión el hombre venia acompañado por un par de indígenas que sin mas ceremonia se abalanzaron sobre mi y me sacaron a la fuerza de la celda.

La falta de alimento y el consumo excesivo de alcohol hizo que yo no fuera capaz de ofrecer mucha resistencia, así que me arrastraron sin mas tramite por lo que a mi me pareció un torbellino de luces y colores hasta que finalmente se detuvieron solo para arrojarme en una pileta de agua.

El encontrarme de pronto sumergido en el agua fue una sensación nueva y aterradora para mi, como pude me puse de pie con esa sensación de asfixia, espanto y aterimiento que te da el sumergirte de pronto en agua helada y comencé a gritar por mi vida luchando contra los indígenas que comenzaron a restregarme con estropajo enjabonado mientras el hombre observaba la escena divertido -Así que puedes hablar- dijo entre risas -Restriéguenlo bien, córtenle cabello y barba- dijo a los hombres que se ocupaban de mi, -Veamos que fue lo que nos trajo el padre superior-.

Después de un rato, me rendí y finalmente deje que los hombres se dedicaran a retirar la suciedad que cubría mi cuerpo desde que tengo memoria, sin embargo, cuando me acercaron la navaja para cortar barba y cabello luche nuevamente ya que en la calle no es buena señal ver a alguien acercarte un cuchillo, al final con unos cuantos cortes y después de haber dejado la pileta completamente sucia, me secaron y me vistieron con un habito café de tela basta que me picaba en todo el cuerpo.

-Supongo que ahora podré enterarme de tu nombre- me dice. Ahora que mis ojos se han acostumbrado a la claridad veo que el hombre que se dirige a mi es joven y viste un atuendo muy similar al que me han puesto, tiene cabello corto y va pulcramente rasurado, a la luz del sol no se ve amenazador, es mas casi podría decir que note un halo de santidad que lo rodeaba –Te vas a decidir a decirme tu nombre?- me pregunta una vez mas y sin pensarlo me arrojo a sus pies.

-No me maltrate señor, tenga piedad de este pobre lépero que solo pide unas monedas para comer- le digo con el sonsonete tan largamente practicado en las calles.
-Seguramente usas el dinero en algo, pero a juzgar por el aroma que aun conservas no creo que sea comer-
-Discúlpeme su merced, apiádese de este pobre infeliz, gracias por su venia alteza, no me golpee, soy un simple lépero hambriento- digo todo esto mientras el hombre (que ahora identifico como un monje) menea la cabeza y se acuclilla.
-No voy a hacerte daño, solo quiero saber cual es tu nombre-

No lo puedo creer, parece que realmente esta hablando conmigo, así que detengo mi cantinela de lépero y lo observo de frente un momento (algo que no había hecho nunca con otro ser humano ajeno a mi mundo), sus ojos me animan y finalmente le confieso, -No tengo nombre su alteza, nadie se ha ocupado de nombrarme, las personas generalmente no hablan conmigo- El asiente, en sus ojos se trasluce una honda tristeza, finalmente suspira y me dice al tiempo que pone su mano con cariño sobre mi hombro -Pobre Merovingio, pero no te preocupes, eso va a cambiar-.

-No Uses JAMAS esa palabra donde puedan escucharte!!- Dice una voz potente detrás de nosotros, el hombre joven voltea asustado y se arrodilla inmediatamente, -Discúlpeme su señoría, ha sido una imprudencia de mi parte, lo he dicho sin pensar- dice atropelladamente el monje,-Pues piensa mejor lo que dices Armand, no quisiera verte tratando de explicarle al gran inquisidor como es que conoces esa palabra- Dice nuevamente el hombre de la gran voz al tiempo que da unas palmadas en el hombro del abatido monje, entonces dirige su atención a mi, me observa intensamente y dice con una voz suave que contrasta con el tono anterior, -Veamos si podemos hacer de ti un buen Hermano de la Vela Perpetua, esperemos que mi corazonada sea correcta y que no tengamos que arrepentirnos de esto- en ese momento recuerdo como llegue ahi y lo reconozco como el hombre que vi justo antes de desmayarme frente al Palacio de la Santa Inquisición.
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Continuara...
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