Reflexiones de un Burócrata Iluminado

Diversas Reflexiones, Opiniones, Pensamientos e Historias que acompañan a una vida como la de todos, donde hay luz y sombras, en la que se viven con intensidad los errores y se sufren hasta lo indecible los aciertos.

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Nombre: Raistlin
Ubicación: D.F., Mexico

viernes, junio 24, 2005

Lilith

Primera Parte

Nunca adiviné su verdadera naturaleza, siempre sentí que ella existía desde el principio de los tiempos, antes de Adán antes de Eva antes de todo; Sin embargo nunca quise ver que era un espíritu nocturno, me deje atrapar por su timidez y su sensualidad, por la dualidad del ángel que proyecta un brillo irresistible sobre los mortales y no pude ver al cazador que asalto mi voluntad sometiéndola por entero a sus caprichos.

Aún hoy no lo creo, a pesar de escribir desde esta carcasa vacía, no puedo creer que mi hermosa Princesa fuera en realidad una Diosa vengadora, no quise creer que esos ojos llenos de estrellas que me hicieron perderme en laberinto que cree para ocultar la verdad llegaran a ser mi perdición, pero empecemos por el principio.

La conocí un día que no era día sino noche, en un lugar sin luz en el que tampoco había oscuridad, la conocí a través de Internet; Acababa de terminar un caso especialmente difícil y me encontraba en la oficina buscando pistas en la red para preparar otro posible caso cuando apareció un mensaje en mi pantalla, “Lilith desea hablar contigo”, como estaba ocupado cancele el mensaje y cerré el mensajero para poder continuar con mi trabajo sin interrupciones, al poco rato apareció otro mensaje “Hola Merovingio, Por que no quieres hablar conmigo?, Me Tienes Miedo”, esto me sorprendió bastante ya que estaba seguro de haber cerrado el mensajero, además que casi nadie sabe que mi nombre clave es Merovingio.

Por naturaleza soy desconfiado de origen así que lo primero que pensé fue en que tenia la intrusión de un Hacker, por lo que rápidamente apague el equipo y me dispuse a esperar algunos minutos para volver a reiniciarlo, en eso estaba cuando el teléfono sonó sobresaltándome -Bueno?- contesté y una voz de mujer se escucho al otro lado de la línea -Disculpe me podría mandar una pizza grande hawaiana por favor-, un gran alivio me invadió al escucharla y amablemente le conteste -Parece que te has equivocado de teléfono, aquí no es pizzería-,-Discúlpame- dijo ella y colgó.

Reinicié la computadora para continuar con mi trabajo, sin embargo el mensaje recibido me seguía intrigando, trate de no pensar mas en eso y reanude mi búsqueda de información; Las líneas de los mensajes rondaban insistentemente en mi cabeza “Hola Merovingio”, “Lilith quiere hablar contigo”, “Me Tienes Miedo”, así que casi sin pensar abrí nuevamente el mensajero y me puse a buscar a Lilith, tarea que no resulto tan fácil ya que el resultado de la búsqueda arrojo casi 20 páginas de Liliths registradas, “Cual será?”, pensé, para restringir la búsqueda agregue el país, la ciudad, edad y aún así obtuve una lista de 25 Liliths, a punto estaba de abandonar la búsqueda que ya me parecía absurda cuando un detalle atrajo mi atención, uno de los resultados no tenia datos además del nick de Lilith y sin embargo mostraba que el usuario se encontraba en línea, así que decidí contactarla “hola” escribí, después de lo que pareció una eternidad contestó:

-Creí que no querías hablar conmigo, Que me tenias miedo Merovingio.
-Por que habría de tenerte miedo?
-Por que regularmente los hijos de dios desconfían de la primer mujer y le temen
-Entonces supongo que soy un caso atípico...

Después de esto, la charla se derivo a asuntos mas ligeros e intrascendentes y continuo hasta que amenazaban a despuntar los primeros rayos del alba, momento en el que ella se despidió por que debía retirarse a descansar, yo a pesar de la urgente necesidad que tenía de desconectarme estuve pendiente de ella hasta el último momento; Poco a poco nuestros encuentros nocturnos se fueron haciendo cada vez mas frecuentes, siempre a altas horas de la noche y prolongándose hasta el despunte de la madrugada.

Con cada encuentro informático me sentía mas cerca de ella y casi sin darme cuenta esos momentos conectados al ordenador se volvieron la única felicidad de mi existencia, he de reconocer que había sostenido algunas otras amistades vía Internet, sin embargo, en este caso en particular había algo que me inspiraba a contarle a Lilith cosas que nunca le había contado a nadie, de esta forma le conté que mi trabajo consistía en ubicar a personas para el una empresa con sede en roma, lo cual lograba a través de pistas electrónicas, como son el seguimiento de cuentas bancarias, contratos de arrendamiento, renta de equipo y maquinaria de construcción, adquisición de equipo deportivo y sobre todo del monitoreo de operaciones en las que estuvieran involucrados de alguna manera miembros de la iglesia católica.

A pesar de que no nací con la tecnología y que la mayoría de mis compañeros solo se interesan en ella en la medida de que sirve a sus propósitos e incluso la desprecian por considerarla cosa de débiles, a mi me fascino en cuanto entre en contacto con ella, tanto que me saco de las calles y poco a poco me llevó a ocupar un lugar estratégico dentro de mi comunidad, sin embargo, por la naturaleza misma de nuestra sociedad, eso es algo que no suelo compartir con nadie y menos aun con una desconocida vía Internet.

Hoy cuando pienso en la felicidad que me proporcionaban esos encuentros electrónicos, antes de dejarme atrapar por sus ojos, antes de descubrir su verdadera naturaleza me invade una ligero remordimiento, debí de haberme dado cuenta desde antes, debí de haber hecho caso a lo que me gritaban mis instintos, entonces lo vuelvo a pensar y me doy cuenta de que era inevitable que todo esto sucediera, pero me estoy adelantando un poco a los acontecimientos.

Después de casi un año de compartir intimidades con Lilith, finalmente decidimos conocernos, curiosamente ella nunca me pregunto por mi aspecto físico y yo tampoco le pregunte a ella nunca cual era su aspecto, quizá eso debió de haber sido suficiente para que alguien dedicado a perseguir sombras se hubiera dado cuenta de que algo estaba mal, las señales eran evidentes, pero como mi deseo de conocerla era tanto y sus condiciones se adaptaban tan bien a mi naturaleza no pude mas que seguir de frente hacia el desastre.

Nos citamos en un centro comercial ubicado al poniente de la ciudad, un lugar en donde la actividad continua prolongando los días hasta muy entrada la noche, me siento nervioso a esperarla en el punto en el que habíamos quedado, llego la hora y en ese momento reacciono y me doy cuenta de que no tengo como reconocer a Lilith y que ella no sabe como va reconocerme, no tengo su teléfono, nunca he escuchado su voz, no tengo la menor idea de cómo puede ser.

Eso estoy pensando cuando observo a una mujer que se dirige directamente hacia donde estoy sentado, es casi tan alta como yo, va enfundada en un traje de cuero negro que resalta perfectamente las curvas de su figura, su rostro de piel blanca tiene una angulosidad armónica que le da un toque felino que completan a la perfección sus enormes ojos azules y una melena negra que enmarca su rostro haciéndome recordar a una amazona antigua totalmente fuera de sitio en un lugar como este, “Preferirías que ella fuera Lilith?”, dijo una voz en mi oído que me sobresalto enormemente, bastante turbado, como si me hubieran sorprendido haciendo alguna travesura, volteo para descubrir a la dueña de la voz y de pronto me encuentro atrapado por un par de ojos profundos, negros, insondables, un par de pozos transparentes que reflejan las estrellas de un cielo inexistente.

Un discreto carraspeo me hace regresar a la realidad, sumamente avergonzado me doy cuenta que me quede embobado y no se que decir, “Así que finalmente nos conocemos Merovingio, Un encuentro poco probable según las escrituras”, me dice ella con una amplia sonrisa, “Claro, según las escrituras...” digo aun sin reponerme de la sorpresa, a mi lado se encuentra sentada una mujer joven que no aparenta mas de 25 años, piel blanca, cabello lacio, figura menuda, decididamente atractiva, vestida a la moda sin ser escandalosa, una mas entre las muchas mujeres que frecuentan estos lugares, sin embargo sus ojos tienen vida propia, esos ojos que hace apenas un instante me embrujaron como las lámparas a los mosquitos, ahora solo son un par de ojos bonitos, sin fuerza, sin luz.

Me siento mas tonto de lo que me he sentido en décadas y trato de recobrar la compostura ante una Lilith que se ve la esta pasando en grande con mis apuraciones, “Parece ser que no soy lo que esperabas” dijo, “Tanto te he desilusionado que no puedes hablar, no importa yo quiero decirte que tu eres exactamente lo que yo esperaba” continúo mientras yo me reponía de la sorpresa y dije:

-No es eso, es solo que...
-Que no te imaginabas a Lilith así? Que esperabas de mi Merovingio?
-No, tampoco es eso, es que...
-Quizá estas desilusionado?
-NO, Detente un segundo, es solo que me espantaste, es muy raro que alguien se me acerque tanto sin que lo note.
-Es que soy de pies ligeros

Y diciendo esto se levanto y comenzó a caminar a mi alrededor de puntitas, fingiendo ser un hada, con una enorme sonrisa en su rostro que se ilumino y contagio de alegría a todos los que nos rodeaban, yo no pude mas que echarme a reír mientras la observaba revolotear a mi lado.

Pasada la sorpresa inicial, se volvió a sentar a mi lado y comenzamos a charlar animadamente, como dos viejos amigos que se conocen de toda la vida, ahí debió de haberse prendido otro foco de alerta, ya que a ella no le asombro en lo absoluto mi aspecto y no se sintió intimidada por mi, como le sucede a la mayoría de las personas cuando me conocen, ella simplemente supo quien era yo y tomo posesión de el que era aún sin saberlo, su nuevo súbdito.
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Continuara....
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