Lilith II

Segunda Parte

Es medio día, estoy sentado en orilla de una fuente en el parque, me siento ansioso por que la estoy esperando a ella, no recuerdo que nos hayamos citado, sin embargo se con absoluta certeza que va a venir, el cielo es mas azul de lo que recuerdo, nubes blancas cruzan perezosas por el aire dándole un toque festivo a la escena, a mi alrededor se encuentran los típicos vendedores ambulantes y los niños que corren sin cesar por todos lados en la plaza llenando con sus risas el ambiente.

Me siento feliz, mas feliz de lo que recuerdo desde hace una eternidad, entonces la veo, viene caminando por el parque hacia mi, disfrutando el paseo como chiquilla, una vez mas me maravilla su presencia y me pregunto como es que esa mujer menuda de movimientos líquidos que le dan ese aspecto irreal y casi angelical ha subyugado tan devastadoramente a alguien como yo.

Antes de que llegue a mi encuentro un viento helado recorre velozmente la plaza y me atrapa con la guardia baja, lo precede una profunda oscuridad que avanza velozmente y la envuelve también a ella, esto parece no importarle ya que sigue caminando tranquilamente hacia mi, ahora que la oscuridad ha caído sobre el parque desaparecen las figuras de los niños y los vendedores para dejar paso a otras figuras que aparecen de la nada; Por un momento no entiendo que pasa, las figuras me son extrañamente conocidas e indiferentes a la vez, son cientos de indigentes que parecen recién salidos del abismo y se aproximan lentamente hacia Lilith.

En un principio el temor se apodera de mi pues creo que la van a atacar y trato de acercarme a ella, pero después de un segundo me doy cuenta que no es su intención lastimarla, la siguen reverenciándola, idolatrándola, asombrado me percato de que esas lastimeras criaturas son atraídos hacia ella en contra de su voluntad y me pregunto que puede significar esto mientras ella se acerca mas a mi.

Ahora la veo avanzar a mi encuentro como si fuera un felino cazador, un depredador que sabe que ya ha atrapado a su presa y la tiene congelada por el miedo y la sorpresa, esperando un destino que le parece inevitable a manos de su verdugo; Ya no es mas la chiquilla menuda que conocí, es la misma, pero se ha convertido en algo diferente, en algo que no puedo determinar, solo puedo observar indefenso esos enormes ojos llenos de estrellas y sentir como me atrapan, petrificándome, despojándome de toda voluntad.

Quiero postrarme a su pies y también gritar por mi libertad, quiero adorarla y destrozarla al mismo tiempo, pero no puedo hacer nada, solo puedo observar inmóvil como se acerca cada vez mas a mi, llenando todo mi campo visual, solo puedo observar como esos ojos se vuelven inmensos hasta que un destello cegador hace que pierda la conciencia al tiempo que una angustia primitiva y casi olvidada se apodera de mi.

Despierto sobresaltado y bañado en sudor, casi no puedo respirar, fue solo un sueño, un sueño que sin embargo ha resultado demasiado real, me incorporo con cuidado y trato de calmarme, me siento muy confundido, observo el reloj y con alivio veo que es de noche, esto me tranquiliza un poco, sin embargo me siento extraño ya que yo nunca sueño, no es parte de mi naturaleza.

Esa era otra señal que no quise ver, ya que desde que la conocí me asaltan extraños sueños, sueños en los que ella aparece y se revela ante mi, pero... como...?, no lo se, nunca logro recordar que sucede en esos sueños mas allá de unos cuantos instantes después del despertar, nunca logro recordar cual ha sido el mensaje e incluso he comenzado a pensar, que en realidad los sueños no existen, que solo son inventos míos originados por la necesidad que tengo de ella, aunque en el fondo de mi, se que definitivamente esos sueños son verdaderos.

Ya que estoy despierto, trato de no pensar y abro la puerta que resguarda mi lugar de descanso y salgo a alimentarme para comenzar nuevamente mis actividades, ansioso por terminarlas para finalmente poder hablar con ella una vez mas, ahora mis acciones se motivan por ella, están encaminadas a poder verla, escucharla o simplemente observar sus letras en la pantalla de mi ordenador, era otra señal que descaradamente no quise ver , ella me tenia obsesionado y de pronto llenó todos los espacios de mi existencia, tanto así que incluso cometí errores en mi trabajo, situación que preocupó grandemente a mi gente ya que en un negocio como el mío los errores o las imprecisiones en la información son regularmente fatales.

Han pasado ya casi cuatro meses desde la primera vez que la vi, tiempo en el que su presencia poco a poco ha inundado todos los aspectos de mi vida, me siento irremediablemente atraído hacia ella, sin embargo soy incapaz siquiera de tomar su mano, me contento con observarla, con escuchar las historias que me cuenta con esa voz dulce y llena de inflexiones que logra que imagine exactamente lo que ella esta diciendo, pero sobre todo, abrumado por sus ojos, maravillado por el misterio que los rodea, siempre esperando descubrir como se transforman en esos inmensos estanques negros y profundos que atrapan estrellas.

Es extraño que Lilith no pregunte nada de mi vida, no quiere saber donde vivo ni quien soy en realidad, siempre se dirige a mi como “Merovingio”, quizá es por que sabe que comparto con ella todo lo que importa y que no puedo decirle quien soy en realidad, yo por mi parte tampoco hago preguntas, me conformo con tenerla en mi existencia de un modo u otro, es un acuerdo extraño al que llegamos sin palabras, otro foco rojo que ignore por no perder a mi princesa.

De pronto un día paso lo que tanto temía, en contra de lo que aconsejaba la prudencia había estado descuidando mi rutina diaria para estar conectado con ella el mayor tiempo posible, así que cuando llego la fecha de nuestra cita semanal los acontecimientos se precipitaron para iniciar mi espiral hacia el desastre.

Me cito a frente al Antiguo Palacio de la Inquisición, en la plaza de Santo Domingo que esta en el Centro Histórico de esta Ciudad de México, es un lugar que conozco bastante bien desde hace mucho, tenia que ser en esas calles coloniales que he recorrido durante tanto tiempo y en las que he pasado tantas cosas, tantos eventos que están perdidos en las brumas de mi memoria, sin saberlo, me cito en el lugar donde todo comenzó para mi.

Llegue con tiempo de sobra a la cita, cuando ella me dijo que quería mostrarme un nuevo lugar que quizá yo no conocía, sonreí para mis adentros al saber que ella no tenia idea de lo familiarizado que estaba yo con la zona; La hora tan temprana para nuestro encuentro hizo que saliera apresuradamente para verla y que incluso olvidara alimentarme una vez mas por lo que llegue al lugar acordado a las 8:30 p.m. casi media hora antes de lo previsto.

Como llegue con tiempo, me puse a observar a los transeúntes mientras la esperaba y sin pensar me senté en la fuente que esta en el centro de la plaza frente a las imprentas, en ese momento una alarma se disparo en el interior de mi cabeza, pero algo mas urgente impidió que le hiciera caso, el viento trajo a mi nariz un olor irresistible, un olor conocido que hizo que reaccionara por instinto así que me levante y seguí a mi olfato hasta una esquina de la plaza, la que colinda con la Iglesia de Santo Domingo, la que es el lugar favorito de los indigentes para pasar la noche.

Al llegar al lugar descubrí lo que había llamado mi atención, debajo de una pequeña montaña de periódicos estaba una mujer que dormía completamente ebria, tenia un feo corte en la sien que seguramente era producto de una caída sufrida en su borrachera, era una mujer a la que nadie en este mundo extrañaría cuando muriera, una indigente de tantas, una mas de las almas perdidas que penan en la ciudad, al verla mi visión se nublo con el velo rojo que presagia tormenta y en ese momento, al oler la sangre fresca tan cerca deje de pensar.

Rápidamente voltee hacia la plaza para asegurarme que nadie veía, la plaza estaba extrañamente vacía, pero no repare en ese detalle, no me importaba nada, solo saciar el hambre que había pospuesto por tanto tiempo, así que me acerque a la mujer rápidamente sin hacer el menor ruido; En ese momento, al sentir mi presencia, la conciencia regreso a ella y abrió los ojos soñolienta, solo tardo un segundo en comprender lo que pasaba cuando vio mi verdadero rostro, quiso gritar poseída por el terror pero ya no pudo hacerlo, mis mandíbulas apretaron firmemente su garganta, introduciéndole los colmillos que comenzaron a vaciarla de vida.

En ese momento me embarga el éxtasis que siento siempre que tomo una vida, es ese momento de exaltación que es a la vez la maldición y el consuelo de todos los que son como yo, es el momento en el que volvemos a sentirnos vivos al menos por un instante, es el momento que mas tememos y que mas disfrutamos, el momento de nuestra supremacía sobre los hombres.

Todo ha tardado apénas unos instantes, he sido muy rápido, con cuidado vuelvo a poner ese capullo vacío como lo encontré y coloco nuevamente la montaña de periódicos sobre ella, seguramente el camión de la basura la encontrara mañana y pensaran que murió de congestión como tantos otros, o de frío, eso es algo que no me importa, al terminar mi labor me incorporo y me doy la vuelta solo para encontrarme de frente con Lilith.

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Continuara...

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Tercera Parte